La noche tiene sed. La sed tiene un camino. El camino tiene
tu rostro. Tu rostro tiene nieve. La nieve tiene sangre. La sangre no tiene
retorno. El retorno tiene revés. El revés tiene una flor. La flor tiene una
trampa. La trampa tiene un deseo. El deseo tiene una fuerza. La fuerza tiene un
candado. El candado tiene un secreto. El secreto tiene una música. La música
tiene un viajero. El viajero tiene un barco. El barco tiene una copa. La copa
tiene veneno. El veneno tiene un remedio. El remedio tiene una llama. La llama
tiene un mantra. El mantra tiene una brasa. La brasa tiene un abrazo. El abrazo
tiene una plegaria. La plegaria tiene hambre. El hambre tiene un hombre. El hombre
tiene un vacío. El vacío tiene una boca. La boca tiene un vientre. El vientre
tiene una puerta. La puerta tiene un guardián. El guardián tiene una pregunta.
La pregunta tiene un abismo. El abismo tiene un alivio. El alivio tiene un
precio. El precio tiene un guante. El guante tiene un animal adentro. El animal
tiene un dios adentro. El dios tiene olvido. El olvido tiene una ventana. La ventana
tiene un espejo. El espejo tiene un llamado. El llamado tiene insomnio. El
insomnio tiene razón. La razón tiene ganas. Las ganas tienen pasos. Los pasos
tienen sueño. El sueño tiene una escalera. La escalera tiene un deleite. El
deleite tiene una brújula. La brújula tiene silencio. El silencio tiene
máscara. La máscara tiene una cortina. La cortina tiene piel. La piel tiene un
ave. El ave tiene una jaula. La jaula tiene un resquicio. El resquicio tiene un
delirio. El delirio tiene un padre. El padre tiene un minuto y este, este minuto,
tiene frío.