Cuando le pregunté qué soñaba ser cuando fuera
grande, me sorprendió con su respuesta: Piloto de guerra. Pero no de cualquier
guerra sino de una de esas importantes, como la segunda, que a ella se le daban
bien las segundas veces, me decía. Que quería haber sido miembro de la Legion
Condor y haber sobrevolado Guernica en un Heinkel He 51 pintado por
ella de azul. Que le gustaban esos avioncitos que parecían como de juguete,
pequeños biplanos alemanes que no tenían recubierta la cabeza del piloto, que
eso era lo que ella quería, poder asomar su cabecita en medio de sus goggles
color rosa y sentir como el viento se le estrellaba en la cara y le refundía el
olor a nubes con el del motor V12 refrigerado, de pronto dar un par de piruetas
quedándose invertida y en lugar de soltar 6 bombas C-1 de 10 kg . dejar caer ráfagas de
besos dinamita color fuego y que todos salieran de sus casas con la boca en
alto para recibir ese bombardeo del pájaro azul que quería borrarles sus lunes,
que no podía con esos días, que había nacido un lunes y los lunes siempre
pasaban cosas trágicas como estar sola y llena de sangre. Después de todo
eso le dije que ahora nos tendríamos que dar besos dinamita por toda la ciudad
que huele a pólvora y polvo, a ven nene, vente conmigo de paseo por la luna
sentados sobre estos dos cohetes rosa que prepare para vos, para escaparnos de
este lunes que no sabe ni a café ni a sandía.
Colaboración especial de Tomás Vida L. desde - Rosario Argentina.
Colaboración especial de Tomás Vida L. desde - Rosario Argentina.
Para acceder a sus relatos: http://www.wix.com/felipetorres85/echandoaperder-seaprende#!cementerio