Conformarse es someterse y vencer es conformarse, ser vencido. Por eso toda victoria es una grosería. Los vencedores siempre pierden todas las cualidades de desaliento ante el presente que los llevaron a la lucha que les dio la victoria. Quedan satisfechos y satisfecho sólo puede estar quien se conforma, quien no tiene la mentalidad del vencedor. Sólo vence quien nunca alcanza. Sólo quien siempre pierde el ánimo es fuerte. Lo mejor y más digno es abdicar. El imperio supremo es del emperador que abdica de toda la vida normal del resto de los hombres, del que no siente la preocupación por la supremacía pesar como un fardo de joyas.
Tomado de: Sobre literatura y arte. Fernando Pessoa. Alianza Editorial.
Tomado de: Sobre literatura y arte. Fernando Pessoa. Alianza Editorial.