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UN PROBLEMA PRÁCTICO por Sábato


¿Cuál es el principal problema práctico de un escritor argentino?

El de ganarse la vida sin prostituir la literatura. Aconsejaría a los jóvenes que nunca intenten vivir de ella, y mucho menos en el periodismo, donde se trabaja y escribe no para expresar el propio mundo sin el mundo (generalmente corrompido y apócrifo) del director de un diario. Es preferible trabajar de obrero o de mecánico. o de ingeniero. La literatura y en general el arte son actos sagrados que no deben ser envilecidos, bajo pena de envilecerse uno mismo. 

¿Cuál es el principal problema de un escritor?
No sé cuál es el principal. Pero uno de los capitales es el de superar esa tentación que pasan todos los que han nacido con facilidad literaria: la tentación de juntar palabras para hacer una obra. Creo que fue Claudel quien dijo: no fueron palabras las que hicieron La Odisea, sino La Odisea quien hizo las palabras. Recordemos siempre esa sentencia, sobre todo en paises plagados de escribidores.

Tomado de El escritor y sus fantasmas


EL PÁJARO Y EL HUEVO


Había una vez un pájaro que no poseía el don del vuelo. Como un pollo, caminaba por el suelo, aunque sabía que algunos pájaros sí volaban.

Sucedió que a a través de una combinación de circunstancias el huevo de un pájaro volador fue empollado por éste que no volaba.
A su debido tiempo nació el pichón, todavía con la potencialidad para volar que simpre había tenido, aun desde la época en que se hallaba el vuelo. 

Entonces, le preguntó a su madre adoptiva: -¿Cuándo volaré?, y el pájaro atado a la tierra respondió: -Persiste en tus intentos de volar, como los otros.
Porque no sabía cómo enseñar al pichón a volar, ni siquiera sabía cómo arrojarlo del nido de manera que aprendiese.

Resulta curioso, en cierto modo que el pajarillo no viera esto. El reconocimiento de la situación lo confundía debido a la gratitud que sentía hacia el pájaro que lo había empollado.
-Sin este servicio- se dijo a sí mismo- seguramente estaría aún en el huevo.

E incluso otras veces decía: -Quien puede empollarme, seguramente debe poderme enseñar a volar. debe ser sólo una cuestión de tiempo, o de mis propios esfuerzos sin ayuda, o de alguna gran sabiduría. Sí, así es. Un día de repente, seré transportado a la etapa siguiente por aquél que me ha traído hasta aquí. 

Tomado de Los mejores relatos de derviches, Ed. Longseller.