
La red es memoria que todo lo envuelve, y todo lo trae hacia sí y en sí lo conserva y atrapa. Lo que roza su borde toca el centro mismo.
Repites tu malla y cuando intentas variar tu patrón, reincides, porque ninguno es mejor que el que te ata.
Sólo el equilibrista puede escapar; el equilibrista cree jugarse la vida cuando pone en peligro las vidas ajenas.
Repites tu malla y cuando intentas variar tu patrón, reincides, porque ninguno es mejor que el que te ata.
Sólo el equilibrista puede escapar; el equilibrista cree jugarse la vida cuando pone en peligro las vidas ajenas.